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Ostras: 7 consejos para empezar

Ostras: 7 consejos para empezar

¿Nunca has comido ostras? ¿Le gustaría incluirlas en el menú de su cena de Navidad? Le gustaría dar el salto durante sus vacaciones de Todos los Santos en las Landas de Gascoña, pero… ¿cree que son demasiado grandes, demasiado lechosas?

¡Que no cunda el pánico! Por un lado, nada ni nadie te obliga a que te gusten las ostras. Por otra parte, no todas las ostras son iguales. Mientras que algunos son pequeños y delicados, ideales para los principiantes, otros son enormes y lechosos, no aptos para cualquier boca…

Estos son 7 consejos esenciales para disfrutar de las ostras

Un poco de historia…

El hombre siempre ha comido ostras. Desde seres prehistóricos hasta familias reales, pasando por los romanos que los importaron de la Galia. En la antigüedad, los griegos utilizaban su concha «ostrakon» para votar el exilio de los indeseables. De ahí la existencia hoy de la palabra ostracismo.

En Francia, la ostra, muy apreciada por los reyes de Francia, se ha convertido poco a poco en un elemento esencial de la gastronomía francesa.

Por eso la ostricultura hizo su aparición en el siglo XIX con la creación de criaderos.

Hoy en día, es en invierno, generalmente durante las fiestas, cuando los franceses consumen más.

1. Probar los meses «R

Sí, hay una temporada para las ostras. El periodo ideal de degustación suele ser entre septiembre y marzo.

En cuanto sube la temperatura del agua, la ostra hembra se llena de óvulos y la ostra macho de espermatozoides, y se vuelven lechosos. Entonces, en cuanto la temperatura es ideal, al menos 18ºC, liberan sus gametos en el agua.

Dicho esto, algunos aficionados disfrutan más con ellas que con las ostras carnosas en pleno verano.

2. Varias especies, varios tamaños, varios sabores…

En Francia se cultivan dos especies de ostras:

Ostras: 7 consejos para empezar

Ostras hu ecas: con un sabor particular que depende de la naturaleza del fondo marino, la amplitud de las mareas, la salinidad del agua, el proceso de maduración y la fuerza de las corrientes, en Francia se cultivan siete tipos de ostras huecas:

  • Normandes: un sabor delicado ;
  • Bretonas: muy típicas y ricas en sabor;
  • Región Ré-Centre Ouest: fina y poco carnosa (especial para principiantes) ;
  • Marennes-Oléron: sabor ligeramente dulce (especial para principiantes) ;
  • Arcachon: firme con un toque de amargor ;
  • Bouzgues: carne delicada y deliciosamente salada (especial para principiantes).
Ostras: 7 consejos para empezar

La ostra plana: más conocida como ostra de Belon, Cancale o Marennes, vive a unos diez metros de profundidad por debajo de la marea baja. Frágil, esta ostra está en peligro y es difícil de cultivar, pero sobrevive en la bahía de Cancale. La ostra plana tiene una carne tierna y un fuerte sabor a yodo y sal. Son muy escasas, pues sólo representan el 4% del consumo total.

3. ¿Qué son estos números?

–> ¡Importante! Cuanto menor sea el número, mayor será la ostra.

Así, la ostra n.º 0 es la mayor de las cremas (la mayor de las planas es la n.º 00 o la n.º 000), mientras que la n.º 5 será la más pequeña. Un aplauso…

4. ¿Cómo elegir las ostras adecuadas?

Elíjalo vivo, es decir, intacto y bien precintado. Si está abierto, toca la cáscara; si está cerrado, está fresco. Debe sentirse pesada en la mano, lo que significa que ha retenido el agua, una buena señal.

5. ¿Cómo conservar las ostras?

Consérvelos de 4 a 5 días después de la compra, ¡no más! Preferiblemente en una habitación fresca y ventilada, como el sótano o el garaje, o en el fondo del frigorífico. Colóquelo plano, con el lado hueco hacia abajo, para que retenga el agua.

6. ¿Cómo se abren las ostras?

7. ¿Cómo deben comerse las ostras?

Ostras: 7 consejos para empezar

Contrariamente a la creencia popular, no sirva las ostras sobre un lecho de hielo, ya que el frío rompería su sabor. Basta con colocarlos en una bandeja. Las ostras se comen mejor al natural, con un poco de pan, mantequilla salada o dulce y vino blanco seco. La vinagreta de chalota o el zumo de limón no son imprescindibles.

Engulle, cruje, ¡haz lo que quieras!